¿Qué fue de la vida de nuestros personajes favoritos?

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Entrevista a Regina George: 11 años después del final

 
           
          Como mi vuelo a Evanston, Illinois, se había retrasado tres horas, el taxi me dejó en la mansión de los George a las cuatro de la tarde. De atrás de la puerta, salió una mujer rubia y dolorosamente delgada. Llevaba puesto un equipo de jogging aterciopelado, del rosa más fuerte que vi. Supuse, y no me equivoqué, que era la madre de Regina.

Señora George
            La saludé en un inglés muy básico. Ella me dijo que no me preocupara, que hablaba español: “Hola, tú. Soy madre Regina. En mi tiempo libre, me gusta deporte”. Me reí y la felicité por su acento. Le dije que su casa era hermosa y me contestó que ya lo sabía. Luego me invitó a sentarme en el sillón y salió disparada hacia la cocina, pavoneando la cintura de forma siempre exagerada.

Una adolescente de unos quince años pasó por al lado mío, de la mano de un hombre bastante mayor que ella. Ninguno se molestó en saludarme.

El motivo por el que me habían enviado a entrevistar a Regina era la publicación del libro My Life in High School (or How I Became a Bitch Because of Regina George’s Influence), de la famosa meteoróloga Karen Smith, conocida por su extraño método de medir el clima con sus senos.

Karen Smith
Ya instalado, abrí mi mochila. Saqué la hoja con las preguntas que tenía planeado hacerle a Regina y el libro, por si era necesario consultar algún pasaje. En realidad, nunca planeo las entrevistas. Pero el personaje que pintaba Smith en su libro me había intimidado tanto que tuve miedo de que no se me ocurriera nada.

La madre volvió. En su bandeja, una copa con un trago rojo.

-Muchas gracias. No tiene alcohol, ¿no?

-No. ¿Quieres un poco?

Miró el libro en la mesa y me aconsejó que lo guardara. Me contó que no tenía el cabello corto por elección, sino que era consecuencia de la última vez que había intentado mostrarle a Regina un detalle de la portada del libro de Karen. Cada vez me sentía más intimidado, y mi entrevistada ni siquiera había entrado a la habitación. ¿Sería Regina George realmente tan mala? No, ni siquiera se podría hablar de maldad; de verdad que era mucho más que eso. Hay una pregunta cuya respuesta no sé y jamás voy a saber: ¿Cómo describir a Regina George?

¿Cómo describir a Regina George?

Sentí un ruido extraño, como un pequeño motor que se acercaba cada vez más. Era ella. Me reí por dentro al pensar que, si el relato de Smith era fiel a la realidad, lo que más debía entristecerle de estar en una silla de ruedas era que había engordado demasiado. De todas formas, no había perdido la hermosura que Smith describe.

–¡Disculpe que no me pare para saludarlo! –bromeó para descontracturar un poco la situación; tal vez mis nervios eran demasiado evidentes.

Me reí otra vez. Su madre también. La echó. Luego, sugirió que comenzáramos de inmediato con la entrevista, porque su clase de hidrogimnasia comenzaba a las siete. Hice todo mi esfuerzo para no distraerme imaginando esa situación y comencé con la primera pregunta.

–¿Cómo se siente en relación a la publicación del libro de Karen Smith My life in High School (or How I…
–Por favor, no termine de decir el título. Le agradezco por preguntarle cómo me siento, porque parece que nadie le importa. Y la verdad es que no sabría que responder: decir que estoy enojada sería demasiado poco. No solamente enojada con Karen Smith por escribir un libro lleno de mentiras e injurias hacia mi persona, también con el mercado literario. Como sociedad, no podemos que un material escrito por una nobody ande circulando por ahí. Yo soy una persona con convicciones. Además, le voy a decir algo sobre Karen Smith: no sabe escribir.

–¿Y cómo sabe usted eso?
–Bueno… Una vez estábamos en clase de matemáticas con La Señorita Norbury y nos habíamos enterado que era barman en un bar además de ser profesora. Le pasé un papelito a Karen que decía “La Señorita Norbury es tan pobre que se va a comer a uno de sus estudiantes”. No se rió. Pensé que no había sido gracioso, pero, años después, después me di cuenta de que no lo había entendido. pero además había algo raro en su mirada. Estaba viendo esa escena de la película El lector donde piden a Kate Winslet que escriba algo para comprobar su caligrafía y se niega por miedo a la humillación, porque no sabía leer ni escribir. Le juro que la mirada de Kate en esa escena es la misma con la que me miró Karen en ese momento. Soy perceptiva y me doy cuenta de las cosas.

Señorita Norbury
–¿Pensó en tomar acciones legales por estas injurias?
–No. Las personas que me conocen de verdad saben que no sería capaz de hacer ninguna de las cosas que Karen Smith dice que hice.

–Karen Smith escribe que el insulto hacia su persona que aparece en El libro de la Hoguera fue escrito por usted misma, ¿qué tiene para comentar sobre eso?
–Que confirma la poca inteligencia de Karen Smith. Nada más. Me hirió muchísimo cuando encontré ese libro en el baño. No me explicaba cómo alguien podía tener tanta maldad hacia mí. Cuando descubrí que las únicas tres chicas que no aparecían en el libro eran mis mejores amigas, y que seguramente ellas habían escrito el libro, el mundo se me vino abajo. Me costó mucho volver a confiar en la gente después de eso, creo que me arruinaron la vida, incluso mucho más que ese accidente.

¿Es verdad que Cady Heron la empujó para que la pisara el ómnibus?
–No, eso no es verdad. De todas formas, eso no hace que mi accidente deje de ser culpa de esa puta africana. Si ella no hubiera escrito el libro, nunca hubiéramos sido convocadas a esa reunión de chicas. No recuerdo haber sentido tanta desesperación como ese momento en el que salí corriendo del gimnasio. Fue la enorme tristeza que sentía la que me distrajo y me hizo no mirar a los costados para cruzar la calle.

Cady Heron
¿Qué haría si la tuviera en frente?
–Supongo que le preguntaría lo que todavía no me logré contestar: ¿por qué? De verdad no entiendo cómo se puede tener tanta maldad. Yo inventé a Cady Herón. Ella nunca había ido a una escuela antes, estaba totalmente desorientada y yo la ayudé. Le ofrecí mi amistad aunque fuera rara y socialmente retardada. Creo que lo mínimo que se puede hacer por alguien que se preocupa tanto por vos es… no sé… no insultarlo en un libro asqueroso. Pero supongo que fui demasiado ingenua y me equivoqué sobre ella. Hace unos meses recibí la invitación a su casamiento con Aaron Samuels. Se queda con todo lo que era mío, me roba al hombre de mi vida y me manda la invitación para que me entere. La maldad de algunas personas no tiene límites.

Aaron Samuels
Por último, ¿alguna vez volvió a hablar con Gretchen Wieners?

Gretchen Wieners
En realidad, no. Pero hace unos meses fui a ver una de sus obras de teatro. No le tenía tanta fe, ¡pero es una muy buena actriz! Me quedé en la puerta principal del teatro esperando a que saliera para felicitarla, sentí que tenía que hacerlo. Pero ella salió por otra puerta y, para mi sorpresa, iba de la mano de Janis Ian. Me sentí feliz por Gretchen, pensé que nunca iba a poder aceptar su sexualidad y finalmente lo hizo. Pero, en el momento, pensé que lo mejor era dar la vuelta e irme. Después de todo, por más felicidad que sintiera por ellas, fue Janis Ian la que ideó ese plan asqueroso contra mí que Cady Heron llevó a cabo. Intento no guardar rencor, pero es bastante difícil cuando uno no puede caminar por culpa de un estúpido grupo de chicas pesadas.

Janis Ian
–Muchas gracias por la entrevista, conversar con usted fue muy fetch.
Did fetch actually happen?

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